
¿Por qué mi hijo no come?
Una de las grandes preguntas que se hacen los padres es ¿por qué mi hijo no come? La alimentación es una necesidad básica del ser humano, de la cual depende nuestra supervivencia y, en gran parte, nuestro desarrollo. Es por eso que los padres se preocupan mucho cuando sus hijos no comen bien, son restrictivos con los alimentos, no mastican o se niegan en rotundo a probar cosas nuevas.
Ya desde bebés, es una de las mayores preocupaciones para aquellos padres que no observan grandes dificultades, pero si encima ven que su pequeñ@ no se alimenta bien, la preocupación llega a niveles estratosféricos.
Debemos de tener en cuenta que el proceso de alimentación es algo más que la ingesta de alimentos y, a nivel sensorial, supone todo un repertorio de estímulos que debemos procesar para poder desempeñar esta actividad. Por supuesto, hay otros muchos factores que pueden generar problemas en la alimentación pero, como terapeuta ocupacional especializada en la Teoría de la Integración Sensorial de Jean Ayres©, voy a centrarme en los problemas de procesamiento sensorial.
Desafíos sensoriales en la alimentación
¿Qué sistemas o capacidades son indispensables durante la alimentación? Aunque todos van a tener un impacto en esta actividad, los más importantes son los siguientes:
- Sistema Táctil: es importante porque a nivel oro-facial la percepción de los estímulos puede verse alterada, tanto por exceso (hiper-responsividad) como por defecto (hipo-responsividad), así como a nivel de registro (no llego a percibir el estímulo). En los tres casos anteriormente citados se observarán dificultades, puesto que en los dos primeros supuestos el procesamiento no es adecuado y en el último no puede haber si quiera un procesamiento.
- Sistema Propioceptivo: tener una buena percepción de nuestros músculos, articulaciones y graduación de fuerza se hace indispensable a la hora de masticar. Pero también es importante la consciencia corporal que nos aporta la propiocepción.
- Sistema Vestibular: el buen funcionamiento de este sistema nos permite mantener un buen nivel de alerta durante la actividad, así como mantener un buen control postural para facilitar el proceso.
- Planeamiento motor (praxis): aunque no es un sistema en sí mismo, nuestra capacidad para idear, planificar y ejecutar una acción motora puede verse mermada por un problema en los anteriores sistemas, así pues será necesario tenerlo en cuenta a la hora de valorar.
Es importante hacer una buena evaluación para poder identificar dónde está el problema. Puede ser sólo un sistema el afectado, pero también pueden ser todos a la vez, y de nuestra observación y análisis va a depender la eficacia del tratamiento.
¿Cómo puedo saber si es un problema de procesamiento sensorial?
Aunque cada caso debe ser evaluado de manera individual y teniendo en cuenta las características de cada niño, hoy vamos a daros algunos signos de alerta que pueden indicarnos que se trata de un problema de procesamiento sensorial:
- Problemas para succionar (bien sea lactancia materna o biberón)
- Se cansa muy pronto
- No mastica
- Se atraganta
- Vómitos cuando prueba algo nuevo
- Arcadas de manera habitual
- Mete mucho alimento en la boca
- Mastica sólo de un lado
- No quiere probar texturas nuevas
- Muchas dificultades con las transiciones (de líquido a puré, de puré a sólidos)
- Mantiene el alimento agarrado mientras lo mastica
- Exceso de salivación
- Rabietas constantes a la hora de comer
- No se mantiene sentado durante la comida
- Sólo quiere cosas crujientes
- Sólo quiere cosas blanditas
Si tenéis dudas, no dudéis en acudir a un profesional. A veces pensamos que pueden ser simples caprichos y, en realidad, hay algo más. Antes de decidir que es un problema meramente conductual, os recomiendo que valoréis otras opciones, puesto que los los problemas de procesamiento sensorial no van a mejorar con un enfoque conductual. Si no tratamos el problema de base no podremos dar al niño herramientas para superar el desafío.